"La literatura ayuda al lector a destruir los ídolos de los lenguajes autorreferenciales, falsamente autosuficientes, estáticamente convencionales, que a veces corren el riesgo de contaminar también el discurso eclesial, aprisionando la libertad de la Palabra", escribe el Papa Francisco en su carta a los seminaristas sobre el papel de la literatura en la formación (17 de julio de 2024). El grupo de lectura de Sedes Sapientiae –Uno ogni tre– ha sido un gran éxito desde su lanzamiento, el año pasado. Se trata de un grupo de lectura voluntario animado por don Martín Luqe, cuyos miembros se reúnen una vez cada tres semanas (de ahí el nombre Uno ogni tre - Uno cada tres). Este año, el club se centra en la figura y las obras del gran escritor ruso Fiódor Dostoyevski.
El primer libro del año es Crimen y castigo, que se lee en partes; hasta ahora, el grupo ha tenido dos reuniones y ha cubierto la mitad del libro. Conocida por su exploración de la culpa, la redención y el impacto psicológico del crimen, la novela ha generado intensas conversaciones entre los miembros, empujándolos a enfrentarse a profundas cuestiones filosóficas y éticas. El marco de pensamiento de este libro es notablemente cristiano.
Unos 15 entusiastas de la literatura, incluidos dos formadores, participant en los encuentros. A medida que avanza la lectura, la segunda reunión se centró más en las motivaciones de Raskólnikov (el protagonista), el peso de sus conflictos internos y la reflexión de la novela sobre el sufrimiento humano y la justicia social. Algunos de los lectores lo vieron como una figura trágica, mientras que otros consideraban que representaba la línea entre la teoría y la realidad.
A la vez que el club Uno ogni tre profundiza en los clásicos literarios, también es un momento de reunión comunitaria y de confluencia de ideas diversas. Una vez más, se demuestra que la buena literatura, enriquecida con la filosofía cristiana, ofrece una valiosa contribución a los seminaristas, entre las lecciones de teología y las clases de formación.