El último día del año siempre es muy especial. Pero pasarlo por primera vez en Roma, con el Jubileo recién comenzado y teniendo la oportunidad de participar en el Te Deum de acción de gracias muy cerca del Papa, ya no es sólo especial sino francamente del todo excepcional y único.
Es lo que ocurrió a nueve seminaristas del Sedes Sapientiae, que pudieron estar presentes en el Te Deum formando parte del servicio litúrgico del Santo Padre. La hermosa ceremonia en un marco tan imponente como la basílica de San Pedro tuvo su colofón final en la posibilidad de saludar personalmente al Papa Francisco.
Sin duda fue un inmejorable modo de despedir el año 2024 y de saludar al 2025, inspirados por las palabras que el Papa pronunció durante su homilía en el Te Deum: “¿La esperanza de una humanidad fraterna es solo un eslogan retórico o tiene una base “rocosa” sobre la que poder construir algo estable y duradero? La respuesta nos la da la Santa Madre de Dios mostrándonos a Jesús. La esperanza de un mundo fraterno no es una ideología, no es un sistema económico, no es el progreso tecnológico. La esperanza de un mundo fraterno es Él, el Hijo encarnado, mandado por el Padre para que todos podamos convertirnos en lo que somos, es decir hijos del Padre que está en los cielos, y por tanto hermanos y hermanas entre nosotros (...). Nos ayude nuestra Santa Madre a caminar juntos, como peregrinos de esperanza, en el camino de la fraternidad. El Señor nos bendiga, a todos nosotros; nos perdone los pecados y nos dé la fuerza para ir adelante en nuestra peregrinación en el próximo año”.