Toda persona que visita Asís da testimonio de la paz que se transmite en esta pequeña ciudad amurallada en la región de Umbría.
El sábado 7 de octubre nuestros seminaristas acompañados del rector don Javier Canosa y otros sacerdotes del equipo de formadores visitaron Asís, la tierra donde san Francisco caminó y dio testimonio de amor a Dios, a la Iglesia y a su pueblo.
El recorrido comenzó en la basílica de Santa María de los Ángeles, basílica construida sobre La Porciúncula, donde san Francisco fundó la Orden de los Frailes Menores en el 1209, confiándola a la protección de la Virgen Madre de Cristo, a quien fue dedicada la Iglesia.
Continuando nuestro recorrido y llegando al lugar que vio nacer a san Francisco y santa Clara visitamos la basílica de este gran santo, formada por 2 iglesias superpuestas, ambas muy diferentes entre sí. La Basílica inferior es un tanto oscura, y desde ella se baja a la cripta donde está sepultado san Francisco de Asís. Basílica superior es más luminosa y bellísima, con paredes decoradas con frescos de Giotto sobre la vida de san Francisco.
Otro lugar importante que visitamos fue la Basílica de santa Clara, en el interior de esta iglesia construida entre 1257 y 1265 se encuentra la cruz o Cristo de San Damián, que habló a San Francisco. También hay obras de arte y frescos muy bien conservados que muestran lo que fue la vida de la santa, seguidora fiel de san Francisco y fundadora de la Orden de las Clarisas, al igual que su tumba.
El Santuario de San Damiano, un poco alejado de la ciudad, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el 2000. Fue el primer monasterio de la Orden de Las Clarisas, además lugar donde falleció Santa Clara.
Cabe recalcar que “los lugares de San Francisco son caminos para encontrar al Señor”. Por el beato Carlo Acutis amaba pasar tiempo caminando y haciendo oración en este lugar. Hoy sus restos mortales reposan en el Santuario de la Expoliación, el lugar donde San Francisco de Asís "lo dejó todo para seguir al Señor".
Asís sin lugar a duda es una tierra de paz y de amor. Sin duda fue inolvidable esta oportunidad e visitar estos lugares donde Francisco decidió renunciar a sus bienes terrenos para ser de Cristo y vivir siendo pobre entre los pobres.